El ajo es mucho más que un condimento, goza de una reconocida fama como alimento saludable siendo una excelente alternativa natural cargado de propiedades nutritivas y beneficios para la salud. Su consumo habitual puede ayudar a hacer mejor la digestión, a absorber mejor los nutrientes de los alimentos, y también optimiza las funciones del páncreas y del hígado.
Son innumerables las propiedades terapéuticas que se la han atribuido a través de los siglos, destacando las siguientes:
Es el mejor antiséptico, antibiótico y antimicótico natural que existe. Por ello es un excelente aliado contra las infecciones.
Depurativo, ayuda a eliminar toxinas del organismo y contribuye a la formación y regeneración de la flora intestinal.
Mejora la circulación de la sangre debido a su poder anticoagulante.
Baja la fiebre.
Reduce el nivel de grasas en la sangre, disminuye los niveles del colesterol «malo» (colesterol LDL) y protege el corazón y las arterias.
Refuerza las defensas del organismo.
Normaliza los niveles elevados de tensión arterial, por lo que debe estar presente en la dieta de hipertensos.
Es expectorante, por lo que resulta muy útil en afecciones respiratorias como asma, bronquitis aguda o crónica.
Es antioxidante.
Normaliza los niveles elevados de glucosa en sangre.
Ayuda a regular la función tiroidea al ser rico en yodo, siendo especialmente útil en los casos de hipotiroidismo.
Posee importantes efectos anticancerígenos.
Ayuda a prevenir los efectos debilitantes del envejecimiento, así como cardiopatías y otros trastornos asociados a la edad avanzada.